Hoy hace una semana que se inauguro el Salón del Libro Infantil y Juvenil. Hemos pasado todos estos días entre un cementerio de escritores, una cocina para hechizos de bruja y hasta hemos podido compartir ataúd con el mismísimo Conde Dracula y es que este año la literatura del miedo y el terror es el hilo conductor de esta novena edición del Salón.
Ha sido una semana intensa en la que los que allí estamos nos hemos puesto al día en todo lo que a literatura terrorífica se refiere, para luego y siempre de una manera didáctica llegar a todos esos escolares que nos visitan cada mañana.
Pero no todo acaba aquí, el Salón ofrece cada tarde, y los fines de semana una amplia programación: talleres de manualidades, de animación a la lectura, de poesía, de escritura, ilustración, ademas de cuentacuentos, gymkanas y juegos de pistas..
De momento puedo decir que la participación y la implicación del publico esta siendo muy buena, notándose cada día mayor afluencia.
Mi experiencia muy satisfactoria....pero todavía nos queda mucho Salón y mucho que aprender...
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