La actividad
estrella de La Noche Blanca 2015 fue un
baile aéreo que se desarrolló en el
Paseo de Atapuerca y que hizo un guiño al folclore de la tierra. Tuvieron presencia los Gigantillos y los danzantes y
grupos de danzas de la ciudad.
Por primera
vez se unieron las energías y el saber hacer de músicos de Burgos con Diego
Galaz al frente y bailarines del folklore del Comité de Folclore Ciudad de
Burgos y las figuras de los Gigantillos con bailarines de danza contemporánea
aérea para crear un espectáculo que lleva al folklore a la vanguardia más
innovadora, manifestando su poder de adaptación y de generar nuevas
perspectivas tanto sonoras como visuales.
Partiendo de
la memoria de los Gigantillos se quiso recrear esta memoria en un viaje aéreo
en el que la danza y la música fueron
los elementos base apoyados por
un diseño de luces creado para la obra.
Resultó
espectacular.
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