jueves, 12 de marzo de 2015

Diversum desde el 13 de Marzo en el CAB



El arranque del año 2012 resultó particularmente cruel con la cultura burgalesa. En enero abandonaba el mundo de los vivos, a los 74 años, Bernardo Cuesta Beltrán, uno de los más grandes poetas burgaleses del siglo XX, autor de una obra extensa y profunda, atenta a los anhelos del ser humano, recogida en libros como Cenizas en el páramo y Antológicamente. Y apenas dos meses después fallecía de forma repentina, con 51 años, el agitador cultural Jorge Villalmanzo, poeta, músico, columnista y escultor, fundador de asociaciones y revistas literarias, escritor de corazón enorme que estampó su talento en obras como Las cenizas de la nieve, Círculo adscrito, Un japonés en mi interior y Bazar de tinta.
Conjurados en torno a la memoria de los dos poetas, doce creadores burgaleses ponen ahora en pie en el Centro de Arte Caja de Burgos CAB la exposición Diversum, un homenaje multidisciplinar que agavilla las sensibilidades de los pintores Ignacio del Río, Gerardo Ibáñez, Cristino Díez, María José Castaño y Fernando Arahuetes, los fotógrafos Isaac Martínez ‘Sacris’ y Asís García Ayerbe y los escritores Félix Alonso Camarero, Tony Santos, Eliseo González, Óscar Esquivias y José Gutiérrez Román.
Diversum se presenta al espectador como un cofre que contiene doce obras, una por cada uno de los artistas participantes. Cada uno de los pintores y fotógrafos aporta 52 piezas distintas, y los escritores han realizado serigrafías de sus textos en forma de obra gráfica numerada y firmada.
Son, en total, 624 ofrendas (104 fotos, 260 serigrafías y otras tantas obras pictóricas), alentadas por el personal impulso artístico de los creadores, conceptualmente diferentes entre sí y concebidas para ser contempladas con miradas muy diversas y, por supuesto, con muy distintos grados de fruición, entendiendo siempre que de la unión de lo diferente surge la belleza.
Ha escrito Óscar Esquivias a propósito de Diversum: “Nos guía la convicción de que la belleza tiene muchas formas de manifestarse y de que el arte es nuestra razón de vivir, de estar en el mundo y de hacerlo más hermoso. Nuestro propósito es que esta colección esté llena de belleza, de alegría, de todo lo que les gustaba a Bernardo y a Jorge, de todo lo que, en definitiva, nos enseñaron a amar”. La Fundación Caja de Burgos acoge con orgullo en el CAB este homenaje a dos espléndidos poetas burgaleses, una “miscelánea de pequeña maravillas plásticas y literarias” que pretende mantener prendida la llama cómplice del recuerdo.


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