Ayer la sala del Arco de Santa María estaba hasta los topes,
como suele ocurrir con Ignacio del Río. Estaban los de siempre y alguno más,
repartidos entre las dos plantas del edificio y medio a oscuras, ya que la sala
mantenía una iluminación tenue para que sobresaliera la pintura y los colores
de unos cuadros intensos y generosos con la espátula. Asistieron políticos -la
inauguración corrió a cargo del alcalde, Javier Lacalle, acompañado de Fernando
Gómez y Baudilio Fernández-Mardomingo-, artistas -aquí la lista sería demasiado
larga, ya que eran los que más predominaban-, amigos y familia. Estaban
presentes dos de los hijos del pintor, Ignacio El Cholo y Susana, además de
Deisi, madre de uno de sus hijos pequeños, de nombre también Ignacio.
El pintor se mostró animado ante tanta compañía -a la puerta
del Arco, Tuco aderezaba la fiesta con el piano- y en su intervención dijo que
entre tantos incendios y depresiones, le agradaba lo que veía: «Me gusta que
haya alegría, humo, amor y muchas cosas más». No era el momento de estar
locuaz; solo de dar la bienvenida.
La exposición se podrá visitar todos los días hasta el 14 de
diciembre. De manera excepcional permanece abierta también los festivos, así
como los lunes y el domingo por la tarde. El horario es de 11 a 14 horas y de
17 a 21 horas.
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